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Sinopsis
Con la gracia, la belleza y la precisión que caracterizan toda su obra, Mary Oliver nos muestra en este libro que escribir «es una forma de alabar el mundo», y nos sugiere, de forma aparentemente sutil pero inapelable, que leamos sus ensayos y sus poemas como «repentinos aleluyas» con los que celebrar el esplendor de la existencia. Así, ya sea relatando su encuentro con un pececillo varado en la marea baja, o la sensación sagrada de ser bautizada por el agua que emana del espiráculo de una ballena, o la conexión que trasciende todas las palabras y que, por un instante, une su alma con el paisaje, Mary Oliver invita a sus lectoras y sus lectores a reencontrarnos a nosotros mismos y volver a situar nuestras experiencias en el lugar que verdaderamente merecen: el centro del mundo.
Autor: Oliver, Mary
Nació en Maple Heights, Ohio, en el seno de una familia disfuncional. Por esa razón, desde muy pronto la escritura, la lectura y las escapadas a los bosques cercanos se convirtieron en tempranas herramientas de huida o defensa. A los veintiocho años publicó su primer poemario, y desde entonces su trabajo siempre se inspiró en la naturaleza y provino de su inexpugnable y constante pasión por los paseos solitarios por territorios salvajes. Fue autora de una veintena de libros y ganadora del National Book Award y del Premio Pulitzer. Errata naturae ha publicado de ella con anterioridad «La escritura indómita» (2021) y «Horas de invierno» (2022)