Es ella una mujer que narra su vida desde unos comienzos casi bucólicos hacia una carrera llena de tragedias. Es una mujer feminista porque sobrevive a todas las tragedias, es una mujer nada feminista porque asume el valor de mantener la familia unida, aunque la relación matrimonial esté radicalmente dañada, y la relación de los hijos con el padre deje mucho que desear. Es una mujer que aprende a no buscar la felicidad y le basta con la posibilidad de adquirir serenidad. Una mujer débil y fuerte al mismo tiempo, una mujer profesional impedida en su desarrollo por su propio marido, una mujer para todo y para todos, que ha amado y que ha sufrido lo indecible. Una mujer que ha apostado fuerte por el amor, y que ha perdido mucho, casi todo, pero ha ganado el derecho a la serenidad y al respeto de sus hijos y de sus nietos. Una historia apasionante.