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? Sé que el resto de mi vida, el próximo medio siglo, más o menos, cada aspecto de mi identidad tiene que estar comprometida. La niña blanca de clase media enseñada a intercambiar obediencia por privilegio. La lesbiana judía educada para ser una gentil heterosexual. La mujer con tres hijos, la feminista que odia la violencia masculina. La mujer que cojea con un bastón, la mujer que ha dejado de menstruar, también cuenta. La poeta que conoce que con un bello lenguaje también se puede mentir, que el lenguaje del opresor a veces tiene un hermoso sonido. La mujer que trata como parte de sus resistencia, de acutuar limpiamente? Estas palabras de Adrienne Rich son una llamada a la reedición de esta obra, un libro vivo que tiene las palabras para nombrarnos y para observar el mundo que vivimos. Un clásico de la genealogía del feminismo que muchas mujeres jóvenes no conocen. Adrienne Rich sigue siendo una mujer que piensa, siente, se involucra, cuestiona, una mujer valiente que lanza sus palabras dispuestas a descoser un mundo o a cortarlo con us bisturí y analizar cuidadosamente cada uno de sus órganos.