Saara, una mujer mauritana emancipada, resplandece en medio de los pudores de la ciudad. Un joven mendigo sordomudo que lo escucha todo y reprime su ira. Un Jeque, sabio entre los sabios de un tranquilo oasis, perturbado por un amor prohibido. Un gobierno corrupto que quiere construir una presa sobre el corazón de una comunidad sufí. Y una montaña de la que, al anochecer, se escapan extraños rumores. La poesía de Beyrouk flota sobre este conmovedor relato. Si bien denuncia ferozmente las injusticias y las convenciones sociales, el gran autor mauritano también aboga por la preservación de la naturaleza, así como por el arraigo en la tradición para protegerse de las violencias ecológicas. Después de Estoy solo, Beyrouk nos ofrece un texto cautivador y delicado, pleno de espiritualidad y profundidad.?