Durante nueve meses, Federico García Lorca vivió en Nueva York, alejado por primera vez de su país, de su padres y amigos más íntimos. A lo largo de ese período, su poesía cambió radicalmente, oscureciéndose y dejando a un lado el folclorismo andaluz que tanto despreciaron Buñuel y Dalí. El resultado de esa etapa quedó recogido en Poeta en Nueva York, libro publicado cuatro años después de su muerte. Esta edición, ilustrada con acierto deslumbrante por Fernando Vicente, ofrece el texto completo de la obra cumbre de Lorca junto a una selección de su correspondencia, lo que permite conocer la vida que hacía el poeta mientras escribía sus versos. Sus cartas, alegres y dicharacheras, reflejan la preocupación por asuntos mundanos como el dinero, la moda, las fiestas... Su poemario, sin embargo, adquiere una dimensión social mucho más profunda. La Gran Manzana le lleva a bucear por las sombras de la condición humana y los rincones más tenebrosos y secretos del ánimo, convirtiéndolo en otro Federico.