Papel envuelve roca recuerda una de las tres fases del juego infantil que se completa con Roca rompe tijeras y Tijeras corta papel. Es metáfora elegida para subrayar la misión que el papel de una parte de la Prensa, imbuida por anhelos democráticos, desplegó durante la Transición alrededor de una rocosa dictadura que retardó la Historia española cuatro décadas. La metáfora sirve asimismo para personalizar este proceso en torno a un periodista cuya pétrea profesionalidad adquirió un protagonismo central en aquel proceso. Al frente de El País, con la imprescindible ayuda de un equipo entusiasta y en la primera fase de su andadura -sobre la que versa este libro-, lo convirtió en una óptima atalaya de observación y crítica de la nueva realidad que España encaraba. Desde ella se asoma el autor, integrante de la Redacción fundacional, para informar sobre los aspectos desconocidos de aquel arriesgado y excitante reto. El éxito social y económico acompañó su arranque, al igual que la imagen de la Transición. Pero en el interior de ambos germinaban ya agudas contradicciones que la fracción emergente de la burguesía,