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?La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos?? Esta frase que en el siglo XXI resulta una obviedad, no lo era en el XVIII, ni siquiera en el contexto progresista y reformador de la Revolución Francesa.
Olympe de Gouges ha pasado a la historia por escribir la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791), pero su caleidoscópica figura va mucho más allá. Reivindicó el amor libre y las parejas de hecho; combatió la pena de muerte; predicó los horrores de la esclavitud; defendió a madres solteras, prostitutas, parados y vagabundos; denunció la corrupción de los políticos; se declaró monárquica cuando la moda era ser republicano? Se mostró más revolucionaria que la Revolución.
Ser bastarda, plebeya, provinciana y semianalfabeta no le impidió convertirse en escritora, hacer oír su voz en París y codearse con las principales figuras de su tiempo. Usó la pluma para llevar el lema ?igualdad, libertad y fraternidad? hasta sus últimas consecuencias, incluido el enfrentamiento con el mismísimo Robespierre.
Pionera en la defensa de los derechos humanos, activista comprometida y feminista avant la lettre, más de dos siglos después de su trágico final las ideas y valores que Olympe defendió en el período más convulso de Francia continúan vigentes.