La realidad social de las mujeres en la villa de Madrid, en el tránsito de la Edad Media a la Moderna, que es el tema sobre el que en el presente libro se reflexiona, no es diferente a la de otras mujeres en otros lugares de la geografía hispana. Bien es cierto que la villa ofrecía una serie de posibilidades a las mujeres, que ellas supierom aprovechar. Tanto las de las clases superiores, Beatriz Galindo, sobre la que todavía hay bastantes cuestiones que valorar, como a las trabajadoras a las que aquí se dedica un espacio importante y se profundiza en su vida, sus costumbres, sus problemas, sus relaciones familiares y su presencia en todos los lugares de la Villa de Madrid. En el mercado, en las calles, en el río, en la producción... Es importante destacar que la sociedad madrileña esta compuesta, durante el Medievo, por cristianas, musulmanas, que pasaron a ser mudéjares al fin de la Edad Media, y judías, que pronto fueron expulsadas de Castilla. Todas ellas tenían los mismos problemas cotidianos, sus familias, hijas e hijos, y proveer que se respetara su trabajo como proveedoras de los necesario para la vida en la Villa. El mercado es un espacio fundamentalmente femenino, el río, los lavaderos, las calles, las fiestas, laicas o religiosas, son ocupadas por mujeres, por madres, en la mayoría de los casos mujeres solas, que deben proveer de lo necesario para la vida familiar. No debe olvidarse que no todas eran cristianas, las musulmanas, después mudéjares, y las judías convivían con las cristianas en los espacios públicos. Entre sí eran solidarias, pues tenían los mismos problemas.