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Conociendo la dura realidad del mundo donde vivimos, el matrimonio compuesto por Malonga y Bahòngò, blinda con un rito a su hija, Bamboa bà Essopi, frente a las cataratas del gran rio de su pueblo que era también uno de sus dioses, para que sepa hacer frente a ese mundo que le va a tocar vivir a lo largo de su vida. La pequeña, a pesar de la corta edad que tenía entonces, va cumpliendo las recomendaciones de sus padres hechas ante ese dios de su tierra.