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?La llave. Las profesiones de integración somo instrumento de control social? es el decimotercer título de nuestra colección central. Esta breve investigación de Julio Rubio Gómez sirve para aproximarse a la historia y al presente de los movimientos sociales, en concreto, a los movimientos vecinales y comprobar la pugna con las instituciones desde eso que la historia oficial ha denominado la Transición hasta hoy. Las preguntas sobre si la profesionalización de la ayuda ha sido un eficaz herramienta contra la desigualdad sirven a Julio Rubio Gómez para acercarnos a un debate que creemos más que interesante:
Durante los años 60 y 70, los movimientos vecinales tuvieron fuerza suficiente como para organizar las reivindicaciones de los barrios obreros en temas tan importantes como la vivienda, la sanidad o las infraestructuras. Miles de militantes, de manera voluntarista, contribuyeron a que estas asociaciones fuesen, además, punto de encuentro y referente de compromiso con unas ciudades más humanas y una sociedad más justa, apoyándose en la práctica cotidiana de la solidaridad.
A partir de los años 80, además de la llegada al poder del PSOE, que hizo todo lo posible para que los barrios se desorganizaran y las asociaciones perdieran espacios en favor del debate parlamentario y las estructuras municipales, se crearon carreras y profesiones especializadas en problemas sociales. Educación Social, Trabajo Social, monitores de ayuntamientos, psicólogos de diferentes instituciones y un largo etcétera de personas con títulos desembarcaron en esos barrios. Sin embargo, los movimientos vecinales no solo no volvieron a crecer, sino que, en muchas ocasiones, contaron con la nula colaboración de los profesionales de lo social. Algunos vecinos, incluso, empezaron a comprender que ese desembarco no solucionaba sus problemas, sino que suponía una intromisión del Estado en las relaciones vecinales e incluso en la vida privada de las personas, con las consecuencias de fiscalizar, juzgar o castigar comportamientos o formas de vida que no se ajustaba a lo que el sistema había fijado como ideal. En definitiva, las profesiones sociales eran la llave de acceso del Estado a un territorio antes vedado para él.
Partiendo de entrevistas a vecinos de su barrio, Julio Rubio despliega esta tesis en un libro que mezcla la profundidad de análisis con la sencillez de estilo. Una aportación a las luchas barriales desde el conocimiento más cercano.