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Las elecciones en Oriente Medio y el Magreb son tan importantes por lo que dicen como por lo que ocultan. En la mayor parte de los casos, se trata de elecciones sin elección, puesto que no existe posibilidad real de alternancia política ni tampoco competición entre formaciones con programas diferenciados. De hecho, en la mayoría de los Parlamentos árabes no existe una representación plural de la sociedad, ni tampoco capacidad para frenar las tendencias autocráticas de los gobernantes. Cuando se permite la participación de la oposición se hace a condición de que acepten unas «líneas rojas» que no pongan en peligro la repartición de poder imperante. En este contexto, el Islam político ha irrumpido con inusitada fuerza, beneficiándose del hartazgo popular existente hacia unos regímenes que se perpetúan en el poder desde hace décadas.
El libro se estructura en tres bloques: el primero dedicado a los países no árabes de Oriente Medio (Irán, Turquía e Israel), el segundo a algunos países árabes de dicha región (Egipto, Líbano, Yemen y los Territorios Ocupados palestinos) y el tercero al Magreb (con los casos de Marruecos y Argelia).