Escrito en poco menos de cuatro semanas en 1866, como resultado de una apuesta con su editor, El jugador es una de las novelas de Dostoievski más entretenidas y satíricas, así como un retrato tragicómico de la adicción al juego. Alekséi Ivánovich, un tutor que trabaja para la familia de un general ruso, pasa con ellos una temporada en Ruletenburg, y observa desde una posición privilegiada los intentos de la misma por sobrevivir, abocándolos a la más sórdida decadencia. Justo cuando las cosas parecen a punto de arreglarse, ocurre un hecho inesperado que da al traste con las esperanzas de futuro de la familia, y precipita la resolución de los amoríos del general, y del propio y desesperanzado amor de Alekséi Ivánovich por Polina Aleksándrovna. Repleta de giros del destino y súbitos cambios de fortuna, El jugador es un magnífico ejemplo del genio de Dostoievski para describir vidas desesperanzadas, manipulación, falta de escrúpulos, y estados emocionales llevados al límite.