En El guardián de la voz encontramos una síntesis de todas las preocupaciones, las obsesiones, los temas recurrentes y las heterogéneas influencias de la obra de Federico de Arce, entre las que podemos destacar a Machado, Kafka, Lorca, Spinoza, Homero, Nietzsche, Zhuang Zi y Basho. Tanto es así que, aunque todos los poemas son inéditos, algunos de sus lectores podrían pensar que se trata de una antología. Valiéndose de paradojas, transgresiones de la lógica y reflexiones que bordean lo místico y lo metafísico, Federico de Arce intentará desentrañar el misterio del lenguaje, sin el que es imposible dar sentido a la existencia. Maestro de la intertextualidad y del sincretismo, nos ofrece una sorprendente fusión de la filosofía occidental, el pensamiento oriental, la cultura grecolatina y la interpretación más heterodoxa e incluso herética de la Biblia, una materia prima que le sirve para crear una de las voces más singulares y auténticas de la poesía actual.