KARMELO C. IRIBARREN (Donosti, 1959) sabe que lo sustancial de la vida siempre sucede al margen de los focos que iluminan el escenario. Y que la verdadera función se celebra en el aleteo de sus poemas, donde encontramos la fuerza que ata unos días a otros.
El escenario es un libro de ausencias, y de unas pocas -aunque innegociables- certezas. Los poemas de Iribarren se mueven, más que nunca, en los márgenes de la luz, en el territorio de las sombras, en las grietas de los susurros. Versos que tienden puentes entre la vida y lo que, cada vez más, va alejándose de ella; versos que tratan de combatir -y es un combate inútil- contra lo inevitable; versos que asumen el acabamiento y la guerra perdida en un mundo cada vez más irreconocible. Pero también versos donde brota, siempre luminosa, la esperanza; donde el amor y la alegría, a pesar de los pesares, son un manto que lo cubre todo, o casi todo; donde el humor tierno y comprensivo hace menos cuesta arriba el camino.
PABLO MACÍAS
EL ESCENARIO
AUTOR/A
IRIBARREN, KARMELO C.
Nace en San Sebastián (Guipúzcoa) el 19 de septiembre de 1959. En 1967 muere su padre. Tiene siete años y es internado durante un tiempo en un orfanato, donde se las apaña para empezar a leer vorazmente, "sobre todo novelitas de aventuras" según confiesa. Empieza a trabajar pronto "de vendedor, de albañil, de encuestador, en fin, de todo". Y finalmente de camarero durante más de veinte años, aunque es a los trece cuando se pone por primera vez detrás de una barra "en una especie de residencia de ancianos".<BR><BR>Ni va a la universidad ni forma parte de ningún tipo de círculo o conventículo literario. "Eso sí, me he leído la Biblia en verso. Miles de libros".1 Durante mucho tiempo no se decide a reunir en un volumen sus primeros versos, aunque aparecen poemas sueltos en distintos fanzines ya a partir de los últimos setenta. Sin embargo, una noche de 1989, destruye todo lo escrito hasta ese momento, con excepción de unos cuantos poemas de 1985 y 1986, que integra más tarde en sus libros.<BR><BR>Se casa a finales de los ochenta y tiene una hija. En 1991, tras convivir con él unos meses, su hermano de treinta y tres años muere de cáncer.<BR><BR>En 1993, el Ateneo Obrero de Gijón incluye su plaquette Bares y noches en la colección de poesía Máquina de Sueños, dedicada a difundir la obra temprana de autores poco conocidos,2 lo que le anima a enviar el original de su primer libro, La condición urbana, al editor y también poeta Abelardo Linares. La sevillana editorial Renacimiento, de la que éste es responsable, lo publica en 1995 y se convierte en su casa habitual en adelante.<BR><BR>Serie B y Desde el fondo de la barra, en 1998 y 1999, confirman que ha encontrado una voz propia. La crítica se apresura a catalogarlo junto a los representantes del realismo sucio, y es cierto que tanto Bukowski como Carver figuran entre sus referentes, pero es Luis Antonio de Villena quien subraya que ninguno de ellos lleva tan lejos como Iribarren la austeridad formal que conduce a una literatura casi desnuda, por lo que propone los términos minimalismo y realismo limpio como más adecuados a su caso.3 Claro que muchos también le cuentan entre los cultivadores de la poesía de la experiencia, grupo formado por autores de su generación al fin y al cabo, pero de quienes le alejan determinados aspectos como el apego de éstos a la métrica tradicional.<BR><BR>Con el nuevo siglo la poesía de Iribarren empieza a ser más conocida y apreciada, como prueban la antología de poemas traducidos al euskera Gainontzekoa, kontuak dira en 2000, y sobre todo La ciudad en 2002, que contiene una selección personal de su obra entre 1985 y 2001, incluyendo dieciséis inéditos. Este libro es el número dos de la popular colección Antologías de Renacimiento, que acaba de inaugaurarse con el de Luis García Montero y dedica los siguientes a la obra de, entre otros, Carlos Marzal, Juan Luis Panero, Claudio Rodríguez, Agustín de Foxá, Félix Grande, Andrés Trapiello o su amigo Roger Wolfe en 2007, volumen de cuya selección se ocupa el propio Iribarren y prologa Luis Alberto de Cuenca, que también cuenta con número propio.<BR>Homenaje a Charles Bukowski (Alcobendas, 2001). Karmelo C. Iribarren en primer término y de izquierda a derecha: Pablo García Casado, José Luis Esteban, David González, Jesús R. Castellano, Roger Wolfe, Ángel Petisme, Miguel Merino y Pepe Ramos4<BR><BR>Por fin en 2005 aparece su poesía completa bajo el título Seguro que esta historia te suena (1985-2005), donde compila toda su producción añadiendo el nuevo capítulo La frontera y otros poemas además de veintitrés Poemas dispersos, de los que recupera algunos en títulos posteriores. Joaquín Juan Penalva recuerda que, con la publicación de este libro de libros, Iribarren da por cerrada su obra, ya que tiene la impresión de haber contado todo lo que se propuso.5<BR><BR>No es así. Después de que Anaya edite otra antología en 2006, esta vez orientada al lector joven, con el título El tamaño de los sueños, en 2007 da a la imprenta su nuevo poemario Ola de frío. La segunda edición, en 2008, de la antología La ciudad, sin duda su personal best seller, acoge también poemas de este último título y el número de inéditos que contiene se eleva a veintiséis.<BR><BR>Después aparece Atravesando la noche, que publica Huacanamo en 2009. Además, Ola de frío conoce una segunda edición ese mismo año, y al siguiente Antonio Ventura, responsable de la editorial especializada El jinete azul, le da la oportunidad de llenar un peculiar volumen llamado Versos que el viento arrastra con nuevos poemas dedicados al público infantil e ilustrados por Cristina Müller.6<BR><BR>En 2011, Ediciones del 4 de agosto incluye en su colección de cuadernillos elaborados artesanalmente Planeta Clandestino la curiosa antología Un leve guiño de luz hacia la sombra en edición limitada, numerada y firmada por el autor. Se trata de una selección a cargo de Carmen Beltrán de veintiséis breves poemas, uno de ellos inédito, en torno a los más variados objetos (entre otros, un cigarrillo, una foto, una americana, una chapa de Kas, un busto de Baroja o un poema como objeto).<BR><BR>Ese mismo año, poco después, llega a las librerías Otra ciudad, otra vida, de nuevo bajo el sello Huacanamo, libro que ahonda en el tono elegíaco y triste de Atravesando la noche, sin por ello renunciar a su ironía característica, y que extrema además su búsqueda de la concisión, más acusada con cada nueva entrega.7<BR><BR>En mayo de 2012, aparece la nueva edición de su poesía completa Seguro que esta historia te suena (1985-2012), en la que al contenido de la anterior (La condición urbana, Serie B, Desde el fondo de la barra y La frontera y otros poemas) se añaden los libros Ola de frío, Atravesando la noche, Otra ciudad, otra vida y una sección titulada Inéditos y otros poemas que incluye treinta composiciones más.<BR><BR>Wikipedia