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En el marco de la tradición libertaria de la primera mitad del siglo XX, el pensamiento de raíz escéptica de Giuseppe Rensi destacó singularmente (pese al ostracismo al que trataron de relegarlo los cancerberos de la filosofía italiana de la época, Benedetto Croce y Giovanni Gentile, hoy casi olvidados) gracias a su indudable originalidad y a la ferviente pasión crítica que alimenta gran parte de sus escritos, atestiguada tanto por su compromiso político juvenil como por su firme oposición posterior al régimen fascista.
En Contra el trabajo, hasta la fecha inédito en España, el que fuera apodado «el poeta maldito de la filosofía» aborda las paradojas y contradicciones de una norma elevada por el sistema capitalista al rango de ley moral, anticipando con su elocuente invectiva la que sería más tarde una de las aspiraciones principales del movimiento situacionista: la abolición del trabajo alienante. Para ello el autor recurre, con una mirada exenta de complacencia, a las aportaciones de Friedrich Schiller o Georg Simmel, así como al Manifiesto comunista de Marx y Engels, legándonos un texto a contracorriente que invita a desconfiar de la exaltación del trabajo y de lo que hoy da en llamarse «cultura corporativa» en la creencia de que todo pensamiento político debe considerar esta obligación productiva una maldición del individuo. En contraposición, Rensi reclama el juego, el arte, la pasión por la ciencia y por cualquier actividad que le ayude a sustraerse de las limitaciones asociadas a la tiranía del dinero. Sumándose a una larga y fecunda tradición de libros apologéticos en torno al ocio y la vida contemplativa, Contra el trabajo acaba revelándose, hoy más que nunca, como un texto indispensable para entender nuestro lugar en el mundo y remover algunos de los cimientos en apariencia más firmes de la civilización moderna.