Para envío
¿Puede la historia ayudar a comprender las vicisitudes a las que se enfrenta la ciencia española en la actualidad? ¿Hasta qué punto asumieron los sucesivos regímenes políticos españoles el «que inventen ellos» unamuniano? ¿No se quiso?, ¿se quiso y no se pudo? o ¿se quiso pero se erró el tiro?
Sobre todas estas cuestiones versa este libro, que pretende ofrecer al lector un recorrido por las complejas relaciones entre ciencia y política en la España de la primera mitad del siglo XX. Desde la doble perspectiva de la investigación histórica empírica y de la teorización de la filosofía de la ciencia, en estas páginas se cuestiona el relato hagiográfico de la Edad de Plata de la ciencia española anterior a la Guerra Civil y se subraya la radical ruptura que supuso en el ámbito científico el franquismo. Bajo esta nueva luz desmitificadora, los buenos dejan de ser seres angelicales para pasar a moverse en el claroscuro de la práctica científica institucional, donde anhelos de poder, redes e influencias se combinan con la investigación pura, noble y desinteresada; lo cual no redime a los malos, a los que la investigación empírica perfila como mucho más radicales de lo que comúnmente hemos pensado. No se trataba únicamente de depurar la comunidad científica dilapidando la costosa inversión en capital humano de las tres décadas previas, sino de convertir una victoria bélica en una victoria intelectual. Las nuevas autoridades científicas del franquismo pretendieron romper con la ciencia occidental para retornar a la ciencia imperial española, una forma de conocimiento anterior a la escisión entre fe y razón característica de las herejías científicas europeas. Que obviamente no lo consiguieran no resta radicalidad al proyecto…, ni mucho menos interés.