«Caminos del reconocimiento» es, a la vez, una lección de historia de la filosofía y un ensayo especulativo que intenta liberar al hombre de hoy de la influencia mercantilista y de las relaciones de dominio.
Desde la semántica, el reconocimiento aparece pleno de polisemia ?presente en las definiciones lexicográficas?, pero muy lejos de la homonimia. Reconocer es, ante todo, identificar un objeto, un lugar, una persona. Descartes, Kant o Proust sirven de guías en esta aventura. Luego, en el reconocimiento de sí, Ricoeur retoma temas desarrollados en «Sí mismo como otro», como la capacidad del hombre de reconocerse responsable de sus actos. Identidad, memoria y promesa son abordados aquí desde la perspectiva del reconocimiento. Finalmente, desde las relaciones con el otro, y más allá de la mutualidad y la disimetría originarias entre «el yo y el otro», el autor nos invita a preservar la justa distancia, garante de la alteridad.
En esta su última obra, Ricoeur intenta elevar el reconocimiento al estatuto del filosofema desde una perspectiva fenomenológica. La exploración así emprendida concluye que la conciencia tiene como horizonte al otro y es necesariamente reciprocidad.
CAMINOS DEL RECONOCIMIENTO
AUTOR/A
RICOEUR, PAUL
Nacido en Valence, Francia, (1913-2005), fue profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Estrasburgo (1948-1957) y profesor de Filosofía en la Universidad de la Sorbona (1957-1967), enseñando después en la Universidad de París-Nanterre hasta 1987. En 1970 pasó a formar parte del Departamento de Teología de la Universidad de Chicago. Fue también profesor invitado en las universidades de Yale, Montreal y Lovaina, entre otras. La educación filosófica de Ricoeur está vinculada desde muy temprano a los nombres de Husserl, Heidegger, Jaspers y Marcel. En 1939 fue hecho prisionero y pasó la guerra en diferentes campos de concentración. Este acontecimiento marcará su vida y su obra con una obsesiva interrogación sobre el problema del mal, la falta y el sufrimiento. Su compromiso religioso y su formación intelectual caminaron siempre juntos, pero dentro de una estricta división del trabajo: la exégesis bíblica, por un lado, y el quehacer filosófico, por otro. Autor de una vasta y polifacética obra, su contribución a la elaboración y desarrollo de la teoría hermenéutica le convierte en responsable, junto con Hans-Georg Gadamer, de lo que se conoce como «el giro interpretativo de la filosofía». Entre sus numerosos títulos traducidos al castellano cabe destacar Tiempo y narración (1987), Sí mismo como otro (1996), La metáfora viva (2001), La memoria, la historia, el olvido (2003), Finitud y culpabilidad (2004) y Caminos del reconocimiento (2005), los cuatro últimos publicados en esta misma Editorial.