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Dicen los promotores del fin de la historia, tan anunciada en los años noventa del siglo XX, que la humanidad ya no tiene nada que esperar porque ha encontrado su forma más acabada, más perfecta. La democracia y la economía liberal se han convertido en el punto de llegada insuperable. Decidido a mostrar los límites de esta ideología edulcorada del presente, Marc Augé vuelve la mirada sobre nuestra actualidad para repensarla fuera del corset de la supuesta igualdad globalizadora. Así, discute en qué medida el arte, la literatura, los medios e internet pueden contribuir al pensamiento crítico y en qué medida se tornan dispositivos de conformismo o vigilancia; describe la ?cosmotecnología? que organiza la vida de las personas, conectadas a aparatos electrónicos mínimos para acceder al caudal de imágenes, mensajes y ofertas de consumo; analiza la emergencia de formas religiosas burdas o intolerantes, y se remonta a la Grecia antigua para encontrar un ejemplo de ciudad dispuesta al debate. Pero el eje de sus preocupaciones pasa por la educación y la desigualdad, por las brechas que no cesan de ensancharse: brecha entre los más ricos de los ricos y los más pobres de los pobres, entre la suma de conocimientos acumulados en los laboratorios científicos mejor equipados del planeta y el estado de ignorancia en el que es mantenida la mayoría de la población mundial. » más información 256 págs. 23 x 16 cm. 978-987-629-552-9 derecho y política $ 265 no sólo su merecido por una justicia penal que vaya más allá del castigo John Braithwaite, Philip Pettit Cuando una acción humana daña o lesiona a otros, ¿la única respuesta posible es la punitiva? ¿Existen modos de pensar el problema más allá de las categorías restrictivas de delito y castigo? Este libro se propone como un ambicioso aporte en esta dirección, y lo hace partiendo de una premisa tan original como provocadora: es bueno que las sociedades no se sientan cómodas respecto del castigo, que los ciudadanos lo consideren como un mal antes que como un bien en sí mismo. Frente a la evidencia de que más prisiones, más policías y mayor severidad en las penas no hacen disminuir los índices de delincuencia, John Braithwaite y Philip Pettit analizan y discuten diferentes teorías del castigo, como el enfoque retribucionista (?a cada cual su justo merecido?), que en la práctica suele asimilarse con políticas demagógicas de mano dura, así como las tradiciones prevencionista y utilitarista. Y proponen una perspectiva novedosa, centrada en la noción republicana de libertad, que significa respeto por las víctimas pero también por todos aquellos que se ven afectados durante el proceso penal, desde los acusados hasta los testigos. Convencidos de que su visión debe poder implementarse, detallan las medidas concretas que la harían posible: entre ellas, la ?parsimonia? en el uso de la violencia estatal, el control sistemático del poder por parte de los individuos, la reprobación (que no es lo mismo que el castigo) frente a las ofensas que se cometen, la reintegración social del que ha ofendido, el encuentro entre las partes, el reaseguro a la comunidad de que la situación no volverá a repetirse, el reconocimiento y la reconciliación, la reparación del daño, así como la compensación a las víctimas.