En su presentacion a ¡Que te follen, Nostradamus! Jose Angel Mañas describe a Roger Wolfe como en escritor claramente diferente en nuestra sociedad cultural, una de esas tatas personalidades bien constituidas que cultivan todavia la sana intolerancia que predicaba Nietzsche . Esa marcada diferencia y esa sana intoleranc ia, que posiblemente necesite con urgencia nuestra democratica y tolerante sociedad posmoderna, aparecen en las paginas de este diario. Wolfe recorre sus obsesiones personales, sus gustos y disgustos artisticos y literarios, sus conflictos de supervivencia con los medios periodisticos y editoriales, en un año especialmente significativo, 1999, falso final de milenio y verdadero comienzo de lo mismo: la continuacion de la estupidez y la miseria de la condicion humana.