Lucas es el perrito de Quique, ya veis, un perro adorable con cara de amigo del alma y por supuesto, muy simpático. Cuando Quique tiene que salir de casa le pregunta a Lucas: ?¿te vas a portar bien?? y él responde: ?sí, voy a ser muy bueno?. Pero se queda pensando: ?espero portarme bien?. ¿Conseguirá Lucas portarse bien?
Lucas nos hace pensar y mucho. Cuando le vemos irse deseando portarse bien nos sentimos identificados con esa inseguridad, ¡cuántas veces queremos portarnos bien y no estamos seguros de poder conseguirlo! Está claro que, además de querer hacerlo hay que esforzarse por conseguirlo y ahí está la parte difícil porque somos como somos y a veces, nuestra naturaleza nos puede.
Permitidme una segunda lectura: Un adulto le dice a su mascota ? un perro -, ¿te portarás bien?. Y yo pregunto: portarse bien, para quién, según qué criterio, ¿el del adulto? o el del perro?. Ahora pensemos en un niño: ¿no le damos acaso demasiadas órdenes para que se comporte? como un adulto? Queremos niños responsables, educados, sí, pero? ¿hasta dónde?
De este libro, me fascina el color absolutamente acorde con el tono de tensión y, sobretodo, cómo enfoca el perdón, porque perdonar es tanto o más importante que castigar, en el proceso de la educación.
A partir de tres años. Es un buen libro para enseñar a los niños que no siempre es fácil hacer las cosas pero que, aún así, hay que intentarlo. A los padres nos enseña que el castigo quizás no es tan necesario cuando aprenden qué significa actuar con responsabilidad, porque entonces, sobran los castigos y sobran las palabras.
