Poeta, ensayista, educador, políglota, autodidacta y diplomático, JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE (Cumaná, Venezuela, 1890-Ginebra, Suiza, 1930) es uno de los más destacados escritores e intelectuales de la historia venezolana. Su obra poética escrita en prosa suele ser enmarcada por la crítica en el ámbito de las vanguardias hispanoamericanas, aunque la singularidad su propuesta excede toda clasificación. Realiza sus primeros estudios en Cumaná y, en 1911, se traslada a Caracas para continuar su formación en Derecho, hasta que, dos años más tarde, la dictadura gomecista clausura la Universidad Central. Colabora en El Universal, El Cojo Ilustrado, El Tiempo y El Nuevo Diario, entre otros medios impresos. Un año después, es nombrado Oficial de la Dirección de Derecho Público Exterior de la Cancillería de Venezuela, donde trabaja como traductor e intérprete. En 1925 recibe el título de Doctor en Ciencias Políticas. En 1929 es nombrado Cónsul en Ginebra. Debido a sus agudos insomnios y a su estado psíquico, decide internarse en el Instituto Tropical de Hamburgo, y más tarde en el Sanatorio Stephanie de Merano, trasladándose poco después a Ginebra, donde se suicida en junio de 1930. El conjunto de su obra poética está conformado por tres volúmenes de poemas en prosa: La Torre de Timón, de 1925 (en el que se recogen sus obras anteriores: Trizas de Papel y Sobre las huellas de Humboldt) y El cielo de esmalte y Las formas del fuego, ambos de 1929. Sus restos reposan en el Cementerio Santa Inés de Cumaná.