Pedro Bravo ha sido guionista, crítico de música y traficante de titulares. Como periodista, su mayor logro ha sido conseguir cobrar de cuatro diarios nacionales sin convertirse a ninguna de sus religiones. También ha trabajado en unas cuantas revistas, masculinas, femeninas e incluso sin género, y ha escrito chistes no muy buenos para programas de tele que no estaban mal. Estuvo al frente de un sello discográfico y militó en una banda de punk electrónico.Actualmente, sigue ejerciendo el periodismo allí donde aún existe, ofrece contenidos de nivel a todo tipo de organizaciones y codirige un festival de electrónica audiovisual. Todo ello mientras la autoridad lo siga permitiendo. Por cierto, no le gusta la autoridad y cree que el sentimiento es mutuo.