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La conquista del voto para las mujeres en las mismas condiciones que para los hombres es un tema fundamental de nuestra Historia Contemporánea. El sufragismo es único en su objetivo, pero también muy diverso al incorporar grupos y tendencias con distintas ideologías y estrategias. Igualmente, es internacional desde sus primeras manifestaciones, pero tiene diversidades nacionales que imprimen ritmos y desarrollos diferentes. La historia del sufragismo se explica por tanto en el conjunto del feminismo y de la sociedad en la que se desarrolla, y como movimiento esencial en la construcción de las sociedades democráticas.
Hablar de feminismo y de su reivindicación central durante más de un siglo despierta muchas suspicacias incluso en la actualidad. Sin embargo, mientras las leyes consagren distintos derechos electorales para mujeres y para hombres, el sufragismo tiene sentido. Mientras siga habiendo una sola desigualdad basada en el género de las personas, hay que seguir hablando de feminismo.