En sus páginas, se visualizan casos reales de mujeres que vivieron experiencias angustiosas al ser víctimas de la ley y de una sociedad sumergida en el discurso patriarcal dominante que las tilda de malas, locas, deshonrosas, y que, con ello, se abría la veda del escarnio público. Formica confecciona sus argumentos aunando vivencias personales y conocimientos adquiridos en el ámbito del Derecho, lo cual convierten a estas obras en valiosos testimonios de la época, dado que, aparte de que el binomio escritora-abogada era poco habitual entonces, la temática de la literatura escrita por mujeres eludía la cuestión jurídica. Desde la perspectiva actual, merecen ser puestas en valor, a fin de situar a su autora en un lugar digno dentro del panorama narrativo español de posguerra.