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Facebook se aproxima a los 1000 millones de usuarios. Es un extraordinario dispositivo capaz de aprovechar cada movimiento que acontezca en su plataforma. Mientras nos entretenemos, o promocionamos nuestros proyectos, en realidad estamos trabajando para la expansión de un nuevo tipo de mercado: el «comercio relacional». En el acuario de Facebook somos todos seguidores de la «Transparencia Radical»: un conjunto de prácticas narcisistas y de «pornografía emocional». Nos hemos sometido voluntariamente a un inmenso experimento social, económico, cultural y técnico. El anarco-capitalismo de los right libertarians californianos es el hilo conductor que nos permite trazar una conexión entre Facebook, los Partidos Pirata europeos y Wikileaks. Los algoritmos de los gigantes de la «perfilación» online (Facebook, Apple, Google, Amazon) para la publicidad personalizada, son los mismos que utilizan los gobiernos despóticos para la represión personalizada. Nos hallamos delante de una distopía tecnológica que conjuga la lobotomía emocional del consumismo sin frenos de Huxley con la paranoia represiva del control orwelliano. En nombre de la libertad del capital. No os preocupéis, ningún complot: sólo es el «Lejano Oeste Digital».
Con este texto, el colectivo de investigación Ippolita se pregunta acerca de los orígenes, los objetivos y la visión del mundo de Facebook, joven astro del turbo-capitalismo.