Hace cien años, coincidiendo con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, tuvo lugar la inauguración del canal de Panamá, una obra emblemática de la ingeniería moderna que contribuyó a la transformación del mundo contemporáneo. Sin embargo, aunque hizo posible la unión de dos océanos, también consumó la segregación del continente en dos Américas; fue un gran logro de la ingeniería, pero también del liderazgo político, la amenaza militar, la investigación científica o la negociación financiera. Como se pone de manifiesto en este ensayo, la construcción del canal de Panamá es un magnífico ejemplo de la relevancia de la dimensión social para comprender adecuadamente el cambio y la innovación tecnológica, así como del papel clave que desempeña la tecnología en el fenómeno de la globalización geopolítica.