La cromofobia --aversión a la corrupción o contaminación que provoca el color-- permanece latente en la cultura occidental desde la antigüedad. Esto se pone de manifiesto en los múltiples intentos de depuración del color en el arte, la literatura o la arquitectura, ya sea al convertirlo en la propiedad de algún ente extraño --lo oriental, lo femenino, lo infantil, lo vulgar o lo patológico--o al relegarlo a la esfera de lo superficial, lo no esencial o lo cosmético, que en muchos casos viene a ser lo mismo. El autor, profesor de Teoría Crítica en el Royal College of Art de Londres, estudia la historia de la cromofobia, neologismo acuñado por él, mediante el análisis de ejemplos de la literatura decimonónica, la arquitectura y la filmografía del siglo XX, el arte Pop, los minimalismos y otras manifestaciones artísticas recientes. Así, la gran ballena blanca de Melville, el viaje de Oriente de Le Corbusier o las experiencias con mescalina son referentes que el autor disecciona con brillantez.